Quiero ser un cigarrillo eterno entre tus labios
envolverte con mi humo y hacer que el mundo se parezca un poco al ardiente infierno
al cual llegar como Doritas sin mañana
intoxicarte
con mi lengua de saliva y nicotina
y que sigas intoxicandome con tu aliento lascivo
de cuellos morados entre dientes de caimanes
latientes
sintiendonos vivos entre los muertos
siendo seres amantes con naturaleza al delirio
y arrancarnos la piel que nos sobra a caladas
hasta quedarnos a milimetros de la hipotermia
a la luz de las bombillas que caracterizan tu sombra
dando el fiel nombre de las gerberas sembradas
en el campo de las palabras que me roba
el sonambulismo en conversaciones fragiles
tengo tu tacto cerca
poco importa, me sobran estas calles
hazme desaparecer entre serpientes de espinas
que reproduzcan la marca de tus uñas en mi espalda
para llenarme de cicatrices encima de la barca
y bañarnos entre manos que portan corazones equivocados
sin que hablen los cuervos
cubrir con la pared
el vacio de tu huida.
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