quedo un silencio sepulcral,
una camisa de cuadros
un pantalón carmesí
y un sofá cama,
en el que solo
dormimos.
Tus caricias un recuerdo ,
el espejo da tu huella .
Tu nombre se fue a la orilla,
como el mar que te precede.
Pasamos una buena noche, sí,
de tus manos como
pétalos
tu tacto me acariciaba
hasta llegar a lo burdo de tu sexo,
donde ahogaste con tu tez
pálida como un fantasma
los gritos de abatimiento
que mi garganta escupía.
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