martes, 13 de febrero de 2018

1.275

Me sangra el corazón
y el precipicio no es un mal propósito
lanzarme y no volver a saber más
de este amor,
 que encadenado me revela
el final de la novela:
                                      el libro de los desenamorados.

El capítulo 25 en cuarentena,
Por las enfermedades contraídas,
Y mira que siempre me he cuidado,
Pero no se dar ,

si no es demasiado,
Es
                   mi tara más bella.

1.275 y alguna página más.


Pu(n)to final.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Insecto

Me pudres el corazón ,
y yo como buena adicta
clavo en mi alma tu aguja
suministrando ese lodo cocinado
 con el polvo de mil mariposas finadas.
La usencia, no querida y tan necesaria,
me deja fuera del tablero social,
pero aquí sigo,
incrustando a mi corazón deshecho
ese aguijón reciclado,
revestido de sangre seca.
De los besos surgen llagas,
el ácido de la saliva se vuelve tragedia,
Me desplomo en el sofá,

no puedo sentir, ni ver,
la ceguera es tan necesaria en estos momentos,
por la  infernal esclavitud a tu veneno
que me deja en tus manos letales,
en la bestial palabrera,
como el zumbido de un insecto,

que por clavarse, se cree perpetuo.

domingo, 22 de mayo de 2016

A mi amante...

Dónde dejaste tus besos
quedo un silencio sepulcral,
una camisa de cuadros
un pantalón carmesí
 y un sofá cama,
 en el que solo dormimos.
Tus caricias un recuerdo ,
el espejo da tu huella .
Tu nombre se fue a la orilla,
como el mar que te precede.
Pasamos una buena noche, sí,
 de tus manos como pétalos
tu tacto me acariciaba
hasta llegar a lo burdo de tu sexo,
donde ahogaste con tu tez
pálida como un fantasma
los gritos de abatimiento

que mi garganta escupía.