martes, 8 de septiembre de 2015

Carne de carnaval

En la línea del miedo
Se cayó el zapatito de charol,
se embadurno de tinta aquel soneto,
en un verso, que en el beso se quebró.
Cogí el papel entonces,
Eludiendo toda responsabilidad,
Para escribir algo
Que pareciera decir nada,
Con las treinta que me faltan
Y los cuatro que te dejo.
Ya no sé si ponerme el galardón
De los santos de mesa y barra,
Mientras por mis recovecos
Pasan carnavales de carne,
Que putrefacta me agitan el ánimo,
Al dejarle las crónicas a otro.
Puedo decir si cabe,
Que no dejo a la paloma,
Enredarse en mi cabeza,
Pero la duda que se asoma,
No se puede ni hacer trending,
Por la falta de personal.
Asumo lo que me toca,
Y lo demás que me llueva encima,
Aún tengo mi otro zapato
Y mil versos  enterrados,
Aquí,
Donde nunca corre el reloj.


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