lunes, 8 de noviembre de 2010

Nocturnos animales de enfermedad dirigida




Mañana no despertare con tus labios
por no haberte guardado los míos en la cama
junto a esas hirvientes sabanas rojas
la piel se me vuelve
pues no quieren más tacto que el de tus manos
ni otra lengua que visite
el camino de magnolias manchadas
los pauses, el café por la mañana
recogiendo enfermedades tabaqueras
frente a la ventana de la ducha
mirando hacia la calle
donde argentinos leen números de amor a domicilio
y esperando reacción del vecino de balcón de la bandera
con grititos de animales espumados
que recrean esa paz en mi cabeza
cuando veo que esa vela no se apaga
al darnos el amanecer entre mordiscos.

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