Que se desgarra en la puerta que no se debe abrir
Las noches de insomnio
La mirada apologética
Y el regusto amargo y empalagoso
De los falsos amantes
Cabría añadir
que es donde se cuece lo absurdo
de esta primavera
el grito que no se debe dar
o quemarse el brazo por exceso de amabilidad
no merecida
que es bien recibida
por los depredadores melosos
en su totalidad
mi tara
será el principio del incendio.
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